
André Paul Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en Bormes, una localidad francesa cercana a Saint Tropez. A los 18 años se cambió a el nombre y se enroló en la armada francesa y prestó servicio a las órdenes de Napoleón, en las campañas de Egipto y Santo Domingo en donde se fogueó en espantosas batallas navales, pero el hambre de aventura lo llamo, desertó y emigró al Río de la Plata en 1809, ya en los albores de la revolución de mayo, se puso a disposición del primer gobierno criollo todos sus conocimientos navales.

A lo largo de 1811 se destacó en las batallas que se dieron en el Río de la Plata y el Paraná y en 1813 participa en la Batalla de San Lorenzo, en donde por su actuación es felicitada por el General San Martín, a quien acompañó para reforzar el Ejército del Norte, hasta entonces comandado por Manuel Belgrano. Luego fue al ejército de la Banda Oriental y, tras obtener licencia para volver a Buenos Aires, se le dio el mando de la fragata "María Josefa”.
Pero su gran aventura comenzó en 1815, cuando en septiembre el Director Supremo Ignacio Álvarez Thomas le otorgó la patente de corso a Bouchard, en una expedición financiada por Vicente Anastasio Echevarría. Su misión era atacar los buques españoles, saquearlos. Lo obtenido se distribuía entre el gobierno, el financista y Bouchard y su tripulación.

En América Central, atacaron Sonsonete, en El Salvador, y el 2 de abril de 1819, el Realejo, en Nicaragua, uno de los centros más importantes del comercio y la marina colonial española, amén de principal astillero del Pacífico.
La expedición de Bouchard finalizó en el puerto chileno de Valparaíso en donde fue arrestado por orden del vicealmirante escocés Lord Cochrane quien lo acusó de piratería; el cargamento fue confiscado. En un confuso y pintoresco episodio, el coronel Mariano Necochea, compañero de Bouchard en San Lorenzo, armó un piquete de sus granaderos y tomó "La Argentina”, desoyendo las amenazas de las autoridades. La nave le fue reintegrada al capitán francés.
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Grupo Recreacionista "Corsarios del Plata" |
Hasta 1828 Hipólito Bouchard siguió al servicio de la marina peruana. Entonces se retiró y se estableció en las haciendas de San Javier y San José de Nazca, adjudicadas como recompensa por el Congreso peruano. En el anochecer del 4 de enero de 1837 golpeó a un sirviente, pero esta vez, hubo violentas protestas. Hipólito Bouchard tomó un pistolón y su viejo sable de abordaje, pero fue tarde. Los sirvientes lo mataron a puñaladas.
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Grupo recreacionista "Corsarios del Plata" |
Bouchard fue el más grande pirata de Argentina, pero no el único. Las incursiones piratas latinoamericanas comenzaron en 1814 y alcanzó su apogeo alrededor de 1818 y finalizó en 1823. Entre los más destacados corsarios al servicio de las Provincias unidas están el irlandés Guillermo Brown, creador de la armada argentina y el norteamericano David Jewitt, quien entre otras acciones destacadas tomó posesión de las Islas Malvinas en nombre del gobierno de Buenos Aires en 1820.
A veces yo me pregunto, que hice en mi vida, la vivi bien? Y hago una raconto de mis aventuras, que quedan en lanada ante las aventuras de Bouchard, que si le dijese Don Hipólito, que ha hecho en su vida, por diversión o por honor? Entonces el me contestaría, una campaña de dos años dando la vuelta al mundo en medio de continuos trabajos y peligros, una navegación de diez o doce mil millas por los más remotos mares de la tierra, en que se domina una sublevación, se sofoca un incendio a bordo, se impide el tráfico de esclavos en Madagascar, se derrota a piratas malayos en Macasar, se bloquea a Filipinas, anonadando su comercio y su marina de guerra, se domina parte de Oceanía imponiendo la ley, a sus más grandes reyes por la diplomacia o por la fuerza; en que se toma por asalto la capital de la Alta California, se derrama el espanto en las costas de México, se hace otro tanto en Centro América, se establecen bloqueos entre San Blas y Acapulco, se toma a viva fuerza el puerto de Realejo apresándose en este intervalo más de veinte piezas de artillería, rescatando un buque de guerra de la Nación y aprisionando o quemando como veinticinco buques enemigos”.
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Abordaje!!! |
Entre las cosas increíbles que hizo Bouchard se cuentan la toma de California, en Estados Unidos, bloqueó los puertos filipinos y en las islas Hawai, se entrevistó con el rey Kamehameha y firmó un tratado haciéndole reconocer la Independencia Argentina, proclamada por el Congreso de Tucumán, sólo un año antes.
Y hablando de banderas…
La bandera Argentina tiene gran número de banderas similares en América, a su color, entre estas vemos Nicaragua, Honduras y el Salvador; Asi es, tras las campañas navales comandadas por Hipólito Bouchard atacando las posiciones realistas de Sonsonate (El Salvador) y El Realejo (Nicaragua) en 1818 y 1819 respectivamente, fueron incorporados a la bandera de las Provincias Unidas de Centroamérica por el líder independentista Manuel José Arce. Esta bandera tenía tres franjas horizontales azules y blancas y llevaba inscripta la divisa "Dios, Unión y Libertad", y es por esto que las banderas de El Salvador, Honduras y Nicaragua son semejantes a la bandera argentina, siendo la de Guatemala una variación de ésta. La bandera actual de Costa Rica es una modificación de la bandera de las Provincias Unidas de América Central con el añadido de la franja roja central y el ensanchamiento de la franja central. Las fuentes oficiales definen también la referencia a la tricolor francesa. Además, Costa Rica tuvo una enseña con los colores patrios argentinos.

Las armas del corsario
Las hachas de abordaje. mitad herramienta, mitad arma. Igual valía para una reparación de emergencia que para cortar un cabo o abrir la cabeza a un enemigo. Básicamente eran muy similares en todas las dotaciones de las diversas armadas de la época, si bien no fue hasta el siglo XIX cuando comenzaron a estandarizarse los modelos. En la foto inferior podemos ver algunos de ellos.

Algunas, como éste ejemplar usado en Francia a inicios del siglo XIX, iban provistas de una lengüeta similar al de las hachas de arzón de la caballería para poder portarlas cómodamente en el cinturón. La fijación al mango, al igual que el modelo español, es mediante barretas de enmangue, y la cabeza de armas va además asegurada con dos cuñas de hierro para impedir que coja holgura. Como podemos suponer, la contundencia de estas armas debía ser bastante resolutiva. En manos de un forzudo marinero, su hoja podría cortar limpiamente una mano o un brazo, y su pico hundirse hasta el fondo en el cráneo de un enemigo. Aparte de eso, las heridas que causaban en cualquier parte del cuerpo serían de bastante gravedad, cuando no mortales.



Finalmente quedarían por mencionar las armas de avancarga de la epoca. Como dato curioso comentar que las pistolas, que obviamente podían realizar un solo disparo debido al alcanze del tiro y tiempo de recarga, en un abrodaje, no habia mucho tiempo para recrgar y volver a tirar, eran a continuación usadas como maza empuñándolas por el cañón. Como vemos en la foto de la derecha, estas armas solían ir provistas de una cantonera de bronce en la empuñadura, la cual podía producir severos daños en los cráneos de la marinería enemiga. Por otro lado, para asegurar el disparo (las armas de chispa fallaban con cierta frecuencia, y más en un ambiente húmedo), solían dispararlas girando previamente el arma hacia el lado izquierdo, de forma que la llave quedaba mirando hacia arriba. Ello no tenía otro fin que facilitar que la deflagración de la pólvora de cebo depositada en la batería llegase a la carga a través del oído del cañón. Una vez descargada el arma en el enemigo, se empuñaba como una maza y, con un hacha, sable o daga en la otra mano, se zambullía uno en el abordaje, donde no habia mas remedio, que ser un heroe.
Algunos Libros editados
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Fuentes:
www.facebook.com/Corsarios-del-Plata-1397074637225891/